Aunque
oficialmente somos parte de las estadísticas y del recuento etnográfico de los
países, a nuestros pueblos nos siguen viendo como “ignorantes”, “atrasados” e
incivilizados. Desde El Estado se ignora nuestra situación y se van creando
paliativos mientras transcurre el inexorable camino hacia la muerte
(etnocidio).
Para la cultura
“civilizada” es imposible de entender nuestra “pobreza” en medio de exuberantes
bosques que proveen agua dulce, cristalina y potable; difícil de entender como
tenemos la vitalidad para estar físicamente bien dotados para ser los mejores
soldados en los batallones; imposible de creer que nuestros abuelos pasen de
los 80 años bañándose “de vez en cuando”, bebiendo café, fumando y masticando
puros; mucho menos entender de que nos hemos alimentado durante tanto años y
seguir vivos.
Se ha
menospreciado nuestros conocimientos y han sido relegados a puros
elementos folclóricos, llaman a nuestras
artes artesanías, a nuestro sistema de salud lo ligan con la brujería, nuestros
sistemas de producción y consumo son ferozmente atacados por los paquetes
tecnológicos de las multinacionales: sin embargo, seguimos aquí, resistiendo y
tratando de reivindicar los derechos que por naturaleza nos pertenecen y que
son reconocidos en el Convenio 169 de la OIT para pueblos indígenas y tribales
en países independientes.
En la región
de Lempira en la se va a implementar el núcleo principal de La Universidad
Indígena, tiene fuerte presencia el Pueblo Lenca y desde aquí ha nacido la idea
y la propuesta a través de amplias jornadas de reflexión para entender nuestra
necesidad de trascender a otros estadios en donde también somos seres
invisibles: La Academia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario